Lockton México advierte que, al cierre de 2025, los ciberfraudes se han convertido en uno de los riesgos operativos y financieros más costosos para las empresas. Tan solo en 2024, la CONDUSEF registró más de 5.7millones de reclamaciones por fraudes digitales, con un monto superior a 20 000 millones de pesos, reflejando el fuerte repunte de delitos que afectan tanto a consumidores como a negocios de cualquier tamaño.
Las modalidades más comunes —phishing, robo de identidad, suplantación de plataformas o ransomware— ya no sólo buscan robar datos, sino detener operaciones completas.
“Hoy el riesgo cibernético es un riesgo de negocio. Un ataque puede comprometer la continuidad operativa y la confianza de los clientes”, señala Sergio Sotomayor, director de Oficinas Regionales de Lockton México.
Un riesgo que crece con el comercio digital
Lockton explica que el aumento del comercio electrónico y la dependencia de plataformas digitales han ampliado las oportunidades para los atacantes. El tamaño o sector ya no es determinante: lo que se busca es información con valor económico, desde bases de clientes hasta credenciales de acceso.
Impacto económico y reputacional
A nivel global, los costos del cibercrimen ascenderán a USD 10.5 billones en 2025, según Cybersecurity Ventures. En México, un incidente de ransomware puede representar pérdidas superiores a USD 1.2 millones, considerando rescates, interrupciones operativas y daños reputacionales.
“Una empresa que no protege su información pierde clientes, credibilidad y talento”, añade Sotomayor.
Recomendaciones para empresas en temporada de alto riesgo
Durante el Black Friday y la temporada decembrina —periodos en los que aumentan los intentos de fraude— Lockton recomienda fortalecer la estrategia de resiliencia digital con medidas como:
• Evaluar vulnerabilidades antes de campañas de alto volumen.
• Capacitar al personal para identificar intentos de fraude.
• Actualizar pólizas de ciberseguro con coberturas específicas para ransomware y pérdida de datos.
• Realizar simulacros y planes de respuesta ante incidentes.
• Acompañarse de consultores especializados en ciberseguridad.
Lockton subraya que la protección no depende sólo de tecnología, sino de gestión integral del riesgo, incorporada a la estrategia corporativa.
Mirando hacia 2026
La firma anticipa que los principales desafíos serán los ataques impulsados por inteligencia artificial, el secuestro de identidades digitales y los fraudes en cadenas de suministro, por lo que considera clave construir una cultura de seguridad digital en todos los niveles de la organización.

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